Para comenzar la clase el profesor nos dijo que iba a explicarnos solo dos objetivos de la sesión y tendríamos que descubrir cuál era el objetivo oculto. Los dos primeros eran:
-
Cantar
una canción completa.
-
Escribir
el ritmo de una canción.
Para
cantar nos colocó a todos en círculo. El profesor cantaba una estrofa y
nosotros la repetíamos seguidamente. La
letra de la canción era la siguiente:
Mira, mira, mírame
Mira, mírame a mí.
Después
nos pidió que debíamos intentar escribir el ritmo de la canción. Algo que nos
costó bastante en general y para intentar ayudarnos, el profesor nos explicó
que cada pulso corresponde a una sílaba.
Una vez resuelto, el profesor tocando
el piano tarareó el Himno de la Alegría y nos pidió hacer lo mismo, escribir el
ritmo.
Con
esta actividad de repaso, pudimos darnos cuenta de que teníamos muchos fallos
en el árbol de figuras y sus valores, por lo que descubrimos que este era el
tercer objetivo oculto: conocer y trabajar el valor de las notas musicales. Es
muy importante dominarlo, ya que en la música el pulso no cambia a pesar del
número de notas que haya.
A
continuación, el profesor separó a la clase en tres grupos para seguir cantando
la canción de manera simultánea, según las indicaciones que él nos daba, en
este caso la entrada de cada grupo era con la palabra “mira”. Después lo
hicieron algunos compañeros para comprobar que no es fácil dirigir a varios
grupos. Esto sirvió para comprobar que la dificultad se encuentra en saber
escuchar para saber por dónde van y poder dar bien la entrada al siguiente
grupo. Lo primero que hay que hacer es dar la entrada al piano con la nota SOL
y cuidar los gestos. Esta actividad por tanto nos sirvió de repaso de dirección
grupal y postura gestual.
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